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Cómo navegar a vela con mal tiempo
Navegar en un velero con mal tiempo es una situación que todos los navegantes se pueden encontrar. Tanto el viento, como la lluvia o la mala mar pueden jugarnos una mala pasada por lo que estar preparados, saber cómo actuar y mantener la calma ayudará a minimizar cualquier peligro.
Para ello hoy os traemos algunos consejos de seguridad básicos para curarnos en salud cuando navegamos con mal tiempo.
Preparación previa
Todos somos conscientes de que antes de salir a navegar debemos consultar con exactitud la meteorología que nos podemos encontrar durante la ruta elegida. Aún así, en ocasiones, podemos encontrarnos con un temporal que empieza a formarse y nos encuentra en medio del mar.
Por lo que si has salido del puerto con mal pronóstico o si el temporal te pilla a media travesía, hay diferentes maneras para gestionarlo:
- Para enfrentarnos a lo que nos viene encima lo ideal es que toda la tripulación tenga conocimientos básicos de todo lo relacionado con los instrumentos de seguridad y salvamento.
- Informar al personal con los conocimientos apropiados capacitado para reaccionar ante la situación.
- Todos los tripulantes deben llevar los chalecos puestos y contar con los arneses y la radiobaliza.
- Quienes estén en la cubierta deben agarrarse a una línea de vida por lo que habrá que asegurarse de que se han dispuesto de forma correcta.
- Tomar pastillas anti mareos puede ser de gran ayuda ya que una persona mareada no reacciona de manera rápida y podría poner en peligro al resto de la tripulación.
- Encender las luces de navegación, acondicionar el barco de manera que no haya cosas que se puedan caer o romper, despejar la cubierta, y cerrar puertas y portillos.
- Comprobar los cabos y amarras de la embarcación auxiliar y de la balsa salvavidas.
- Encender el radar, si la visión se reduce, será muy útil para detectar objetos u otras embarcaciones.
- Anotar en el cuaderno de bitácora, así como en las cartas de navegación y en los dispositivos electrónicos la posición exacta de la embarcación. Estos datos nos serán de gran ayuda en el caso de necesitar contactar con Salvamento Marítimo.
- Mantener la calma y designar a cada uno, si es necesario, la tarea correspondiente para la ocasión. El patrón del barco debe de tener seguridad en todo lo que hace y por supuesto, tomar la decisión de correr el temporal o de capearlo, según sea más óptimo.
Capear o correr el temporal
Antes de tomar una decisión se deben valorar todas las circunstancias, el estado de la mar, el tipo de embarcación, la posición del barco, la distancia del próximo puerto seguro y por supuesto, la destreza y los conocimientos de la tripulación.
Capear y correr el temporal son dos maniobras totalmente diferentes. Capear es enfrentarlo por la proa y correrlo es hacerlo desde la popa.
Se recomienda tener práctica, haberse preparado antes en días con vientos fuertes, pero seguros para ir desarrollando nuestros propios métodos y tener así la destreza necesaria para cuando llegue el caso de tener que enfrentarnos a un temporal de verdad.
Capear el temporal
Para enfrentarnos a una situación de temporal lo primero que deberemos tener en cuenta es disponer de las velas apropiadas y reducir la superficie vélica en función de la dirección y fuerza del viento y del mar que nos podamos encontrar.
Si la tormenta es muy intensa es preferible sustituir la mayor y la génova, por la mayor de capa y el tormentín o storm jib. Estas velas son mucho más resistentes y están preparadas para los fuertes vientos. Con ellas acercaremos el centro vélico al centro de gravedad, reduciendo así la escora de la embarcación y mejorando considerablemente su gobierno. Si no dispones de este tipo de velamen deberás tomar rizos a la mayor y enrollar la vela de proa a la mínima expresión.
A la hora de capear el temporal, lo ideal es que la embarcación esté parada. De esta manera cuando el viento realice el movimiento, el barco cortará el oleaje con la proa, evitando recibir así un choque.
Se trata de aguantar amurados hasta que el tiempo amaine y se pueda volver a gobernar la embarcación sin riesgos.
Mientras subimos la ola nos ceñiremos lo máximo posible para no atravesarnos a la mar, y una vez en la cresta caeremos ligeramente a sotavento evitando que la proa caiga de golpe manteniéndose en el aire. De esta manera un velero puede navegar satisfactoriamente durante el mal tiempo.
Recuerda que la embarcación no debe chocar contra las olas, solo debe cortarlas, cuidando siempre de las zonas más vulnerables como son los costados del casco.
Correr el temporal
Si el velero no puede seguir capeando, no tendremos más remedio que poner rumbo en la misma dirección que el viento o lo que es lo mismo, correr el temporal.
Navegaremos en la misma dirección de las olas y el viento teniendo mucho cuidado ya que a sotavento podemos tener la costa. Navegar de esta manera es muy comprometido debido a que siempre habrá crestas de olas embarcando agua en la bañera. Pero de esta manera propiciamos una navegación más tranquila reduciendo la velocidad del velero y manteniendo la popa orientada al viento.
Si vemos que perdemos el control de la embarcación y la situación se vuelve insostenible podemos probar a arriar todas las velas y dejar el timón a barlovento hasta que el navío se equilibre con las olas. Con esta maniobra el barco quedará a la deriva dejando de luchar contra las olas, pero con el peligro de quedar atravesados.
Como ves existen varias maneras de enfrentar los temporales en alta mar, la elección de cada uno dependerá de dónde nos encontremos, de la intensidad, etc y sobre todo de la preparación del equipo.
Es totalmente recomendable estar preparados para cada situación practicando las diferentes maniobras con anterioridad para que en el caso de encontrarnos con una situación así sepamos cómo debemos manejarnos a bordo.
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