Supersticiones y costumbres de los marineros

El mundo náutico está lleno de historias, leyendas y tradiciones que han perdurado a lo largo de los siglos. Desde los días en los que los barcos de madera surcaban los mares impulsados únicamente por el viento, los marineros han desarrollado un conjunto único de supersticiones y costumbres. Estas creencias no solo eran una manera de lidiar con los peligros del mar, sino que también unían a las tripulaciones bajo un código compartido. Hoy en día, aunque la tecnología ha avanzado, muchas de estas tradiciones todavía se respetan y forman parte del folclore marino. A continuación, exploramos algunas de las supersticiones y costumbres más curiosas de los marineros.

1. Los viernes: Un mal día para zarpar

Una de las supersticiones más conocidas entre los marineros es que zarpar en viernes trae mala suerte. Esto se remonta a las antiguas creencias religiosas, ya que el viernes es el día en que, según la tradición cristiana, Jesucristo fue crucificado. Muchos capitanes evitaban comenzar un viaje en este día por temor a que un mal augurio acompañara la travesía. Algunos incluso se niegan a hacer reparaciones importantes a bordo de sus embarcaciones los viernes.

2. Prohibido silbar a bordo

Otra superstición clásica es la prohibición de silbar en un barco. Los marineros creen que silbar puede “invocar al viento” y provocar una tormenta. Si bien en una época anterior los vientos fuertes eran cruciales para la navegación a vela, el riesgo de tormentas inesperadas hacía que los marineros fueran muy cautelosos con esta costumbre. La frase “silbar contra el viento” ha sobrevivido en muchos idiomas, como una advertencia a no tentar la suerte.

3. Los plátanos traen mala suerte

Incluir plátanos en la carga de un barco es otra de las supersticiones que aún se escucha entre los marineros. Esta creencia proviene de los tiempos en los que las travesías por el Atlántico eran largas y difíciles. Los plátanos, al ser un fruto que se pudre rápidamente, podían atraer insectos o causar problemas en la carga, generando situaciones incómodas en medio del mar. Además, algunos decían que los plátanos eran responsables de accidentes y desapariciones misteriosas.

4. Nunca cambiar el nombre de un barco

En la cultura náutica, el nombre de un barco es sagrado. Cambiarle el nombre a un barco trae consigo el riesgo de ofender a los dioses del mar, quienes podrían enviar tormentas u otros peligros para castigar al barco y a su tripulación. Si por alguna razón es necesario cambiar el nombre de la embarcación, existe un ritual complejo que debe seguirse, incluido borrar cualquier rastro del nombre anterior y realizar una ceremonia con la ayuda de una botella de champán para “bautizar” al barco con su nuevo nombre.

5. El albatros: Un buen presagio

Los albatros, majestuosas aves que a menudo se encuentran en alta mar, son considerados portadores de buena suerte. Matar a un albatros es visto como un terrible presagio, una creencia popularizada por el poema “La balada del viejo marinero” de Samuel Taylor Coleridge. La presencia de un albatros alrededor del barco se veía como una señal de protección, y estas aves eran respetadas por las tripulaciones en todo el mundo.

6. La ceremonia de Neptuno

Una de las tradiciones más antiguas y celebradas en el mundo náutico es la “ceremonia de Neptuno”. Esta costumbre, aún practicada hoy en día, tiene lugar cuando un marinero cruza por primera vez el ecuador. La tripulación organiza una ceremonia en honor a Neptuno, el dios del mar, para pedirle su protección durante el resto del viaje. A menudo, esta celebración incluye disfraces, bromas y la “iniciación” de los nuevos marineros que cruzan el ecuador por primera vez.

7. Las mujeres a bordo: un tema controvertido

En la antigüedad, se creía que llevar mujeres a bordo traía mala suerte a la tripulación. Esta creencia provenía en parte de los roles tradicionales de género y del temor de que las mujeres distrajeran a los marineros. Sin embargo, curiosamente, las representaciones femeninas eran ampliamente utilizadas en la proa de los barcos, en las figuras talladas llamadas mascarones de proa, como una forma de apaciguar los mares y asegurar un viaje seguro.

8. El número 13: temido también en el mar

El número 13, considerado de mala suerte en muchas culturas, también tenía su peso en el mar. Algunos barcos evitaban tener 13 tripulantes, y en las mesas de los comedores se evitaba que hubiera 13 personas sentadas. Esta creencia es tan fuerte que en muchos barcos modernos, aún se omite el número 13 en los niveles de los camarotes.

Las supersticiones y costumbres de los marineros son un recordatorio fascinante de cómo los hombres y mujeres del mar lidiaban con los misterios y peligros de la vida en el océano. Aunque muchas de estas creencias pueden parecer irracionales en la actualidad, siguen formando parte de la rica tradición náutica que continúa influyendo en la cultura marinera moderna. Estos rituales y creencias nos muestran que, aunque la tecnología haya cambiado, el respeto por el mar y sus misterios sigue siendo tan importante como siempre.